Concepto y marco conceptual:
Tratar de definir el concepto de la creatividad supone un pequeño gran problema. Comenzando por las numerosas definiciones existentes,
Stein (1956): “Aquel proceso que produce una obra nueva que es aceptada como defendible o útil o satisfactoria por un grupo, en un determinado momento temporal”
Mednick (1962): “La creatividad es una formación de elementos asociados, y mutuamente muy lejanos, en nuevas combinaciones”
Alonso Monreal (1957): “La capacidad de utilizar la información y los conocimiento de forma nueva, y de encontrar soluciones divergentes para los problemas”.
Paul Matussek: “Capacidad de descubrir relaciones entre experiencias antes no relacionadas, que se manifiestan en forma de nuevos esquemas mentales, como experiencias, ideas y procesos nuevos”
y teniendo en cuenta que la creatividad es un concepto multidisciplinar no solo conceptual sino operativamente (la creatividad es estudiada, conceptualizada e investigada, no sólo por la Psicología, sino también por la Pedagogía y la Didáctica, debido a que engloba el arte en sus múltiples manifestaciones verbal, plástica, visual, motriz, etc.), la unanimidad de
Significado es posiblemente una labor que no ha terminado aún.
Origen y uso del término:
El término creatividad se deriva del latín ‘creare’ y está emparentada con la voz latina ‘crecere’ (crecer). Creatividad significa pues, etimológicamente, “crear de la nada”.
Ya en el siglo XIX que “la creación” es vinculada al concepto de imaginación e incorporado al lenguaje del arte, se convierte en un asunto de competencia humana exclusiva de los artistas.
Recién en el siglo XX la “creatividad” se comienza a concebir como patrimonio de todas las personas, pero en los últimos años, el término ha sido interpretado erróneamente, tomado a un nivel superficial y quitando renglones en la exigencia de su porte.
· Los Factores de la Creatividad:
La creatividad no es un fenómeno simple. Es, por el contrario, un factor dinámico, complejo y multifacético, dependiendo para su expresión tanto de factores del individuo, como de estilos y estructuras de pensamiento.
De esta forma, unas bases mínimas para la organización de la creatividad se hacen imprescindibles:
· La Originalidad: es la facilidad para ver las cosas de una forma única y diferente. Es generar ideas y/o productos cuya característica es única, arriesgando el resultado. La originalidad requiere especialidad y desprevención; es necesario un conocimiento para generar otro. Está íntimamente relacionada con el concepto de evolución; es un nuevo descubrimiento, una nueva creación, un nuevo significado, cada descubrimiento, creación o significado serán la base para nuevas realidades y éstas para otras nuevas.
· La Iniciativa: es la actitud que permite idear y emprender actividades, dirigir acciones, es la disposición personal para protagonizar, promover y desarrollar ideas en primer término. Está estrechamente relacionada con la actitud de liderazgo y la anticipación.
La proactividad es un grado de alta iniciativa, una actitud en la que el sujeto asume el pleno control de su conducta vital de modo activo, lo que resulta en la toma de iniciativa en el desarrollo de acciones creativas y, prevaleciendo la libertad de elección.
· La Independencia o Individualidad: es la capacidad de comprender, formular y realizar las tareas profesionales cognoscitivas según su propia iniciativa y sin ayuda de nadie. Es pensar libremente y sin interrupciones antes de reunirse a compartir con los demás. Terwiesch lo resume: “En la innovación, la discrepancia es amiga. Uno desea cosas extravagantes porque uno se puede permitir rechazarlas si no le gustan. Si se construye a partir de normas de grupo, el grupo mata la discrepancia”.
· La Asociación, la Síntesis y la Integración : es el resultado integrador de experiencias y aprendizajes anteriores, la composición a partir de sus elementos separados en un previo proceso de análisis. Para practicar esta técnica es necesario una previa lluvia de ideas o brainstorming (recopilar todas las palabras o conceptos que se asocian a un término) que después se encontrarán en forma de nueva idea.
· La Impredictibilidad y la Sorpresa: Es la actividad ilógica en apariencia, el «golpe-shock». Es indispensable para activar otras características “comprendidas” en la creatividad, pues todo sería plano y anticipable sin ella. La sorpresa abarca desde el método hasta la ejecución, pasando por los colores, los soportes, etc.
·La Elaboración. Este factor trata de comprobar la riqueza de detalles que conforman la idea inicial. La elaboración supone disciplina y esfuerzo, es la tecnificación, el darle forma, la valoración y relación con otras realidades, la presentación formal, etc.